Lo más barato es comprar un pequeño destructor, enchufarlo en un rincón y servirá para justificarnos cuando nos pregunten. Pero la realidad es que nadie lo usa, por lo tanto no sirve de nada porque no nos protege realmente. Se atasca, el recipiente del papel siempre está lleno, se tarda mucho en preparar la documentación sacando grapas, encuadernaciones, etc., destruyendo es muy lento y si delegas a alguien esa tarea este se aburre y se lo encarga al menos responsable de la organización que será quien lea la documentación secreta o confidencial mientras lo hace.
Cuando el trabajo lo realizan profesionales se aprecia la diferencia y si además su coste es rentable, la organización ahorra. ¿Se ha preguntado cuanto le cuesta el tiempo que dedica personal de formación media/alta a tareas no eficientes para su trabajo?