NAID se dio cuenta de que las empresas contratantes de destrucción confidencial podían ver afectada su imagen corporativa si quien destruía la información no se preocupaba posteriormente de comprobar que había ocurrido con los materiales tratados o incluso había buscado maximizar los beneficios vendiendo el residuo. Para establecer criterios de mejora de la imagen de esta industria a nivel mundial, NAID estableció en su manual de procedimientos la obligación de deshacerse del papelote de una manera responsable y prohibió expresamente el reúso como ropa de cama de animales o materiales de embalaje. Esto en España nos afecta directamente a todos, pero muy especialmente cuando trabajamos en las islas Canarias o Baleares.
La paja de cereal es cara y el papelote triturado es un excelente sustituto, incluso es de mejor calidad. En lugares como Tenerife, los granjeros ofrecen más de 350 euros por la tonelada de papel triturado y en cambio los recuperadores o los fabricantes locales no pagan nada por el papelote que recogen porque deben asumir los costes de procesado. Esto es un hecho y si el contratante quiere asegurarse de que su documentación no acabe en una granja de caballos, vacas o cabras deberá incluirlo en las especificaciones de su contrato, vigilarlo, denunciarlo si lo descubre. Por el contrario, le basta con contratar a una empresa auditada por AAA- NAID Certified si quiere tener una garantía total sobre los materiales entregados para la destrucción.
NAID establece en su Manual de Procedimientos, en el apartado ENDOSOS Y PROCESOS DE DESTRUCCIÓN en el artículo 3.7. Criterios: “Es necesario deshacerse de la información destruida (vendida, regalada o eliminada) responsablemente, que NO incluyen ningún tipo de REUSO (Como ropa de cama de animales o materiales de embalaje). El solicitante debe adjuntar una lista de destinatarios actuales (de un año atrás) de la información destruida, indicando el tipo de información y eliminación final de los materiales por parte de estos destinatarios. Metodología de la auditoría “El auditor revisará la lista de destinatarios y la forma en que se elimina la información tras la destrucción y verificará que la empresa cuenta con acuerdos o documentación por escrito para respaldar una eliminación responsable, por ejemplo, reducción a pulpa, incineración, fundición, etc”.
Cumplir esta premisa aumenta la seguridad y mejora la imagen del sector, pero a corto plazo reduce drásticamente los ingresos por la venta de papelote, complica el manejo y encarece los costes de operación. Por eso muchas empresas destrucción certificada o confidencial de documentación prefieren mirar para otro lado cuando se les habla de ser auditadas por NAID o de cumplir sus requisitos. En Destru[Pack] priorizamos los intereses del cliente y buscamos rendimientos a largo plazo.