Limpiar y desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia como son las mesas, los tiradores de las puertas, los interruptores de la luz, las barandillas, los escritorios, los teléfonos, los teclados, los mandos de aparatos eléctricos, los grifos, los inodoros, etc.
Practicar una limpieza con agua y jabón rutinaria de todas las superficies de nuestro entorno reduce la cantidad de gérmenes, suciedad e impurezas, y si además lo hace con desinfectante conseguirá matar los gérmenes y virus que se depositan en su área.